SALÓNICA

Todos los años miles de personas vienen de todas partes del mundo a visitar Salónica. Visitan los edificios antiguos, los museos y las iglesias bizantinas, recorren el paseo marítimo y comen en los numerosos restaurantes de la zona. Visitan las tiendas de ropa y zapatos, joyerías y anticuarios y viajan a Halkidiki para nadar en sus calidas playas de arena.

Salónica fue fundada en el año 316 A.C., siete años después de la muerte de Alejandro el Grande, por Kasandros, que le puso el nombre en honor a su esposa Salónica, hija del Rey Felipe II de Macedonia. La nueva ciudad fue fundada sobre la antigua ciudad de Thermi (lo que hoy es Kalamaria) debido a la necesidad de crear un puerto costero en la zona en aquel momento histórico. Kasandros aumentó la población de la ciudad animando a los habitantes de las 26 pequeñas comunidades agrícolas de la zona a instalarse allí.

Con el tiempo y a lo largo de la historia, Salónica desempeñó un papel principal en la vida política y cultural de Macedonia. Sobre todo durante el período Bizantino, la ciudad igualaba en importancia a Constantinopla, constituyendo la segunda ciudad del Imperio en cuanto a población y cultura. Salónica se conocía entonces como el 'symvasilevousa'. De todas las ciudades griegas, Salónica es la única que ha conservado ejemplos típicos de la arquitectura Bizantina de los siglos V al XIV. Podemos por tanto afirmar que la ciudad representa un museo vivo de arte bizantino.

En el año 168 A.C., después de la derrota del último Rey macedonio a manos de los romanos, la ciudad se convirtió en capital de la provincia de Macedonia. En el año 300 D.C., el Imperio Bizantino fue establecido por el Rey Constantino. Durante la Edad Media, la ciudad sufrió invasiones por parte de pueblos eslavos y bárbaros. En 904, la ciudad fue ocupada por piratas Sarracenos que aprisionaron y vendieron a más de 20.000 habitantes en los mercados de esclavos del este.

En 1430 los otomanos capturaron Salónica. La ciudad permaneció bajo el mandato otomano hasta 1912, año en el que fue devuelta a Grecia. Los Otomanos transformaron magníficas iglesias Bizantinas en mezquitas y construyeron numerosos baños públicos, asilos de ancianos (imarets), fuentes, mercados y minaretes, de los cuales todavía se conservan algunos.

Durante el período Bizantino, el Emperador Constantino construyó el puerto de la ciudad (310 D.C.), y en el año 390 D.C. la ciudad fue fortificada por Teodosio. Los restos de la antigua fortificación pueden todavía adivinarse, a pesar de que las paredes de la cuidad son fundamentalmente medievales. Las paredes están formadas por pequeñas piedras y mortero combinadas en paralelo a la tierra para darles más solidez. La Acrópolis de la ciudad todavía existe y la torre circular del Trigonio, en la esquina este, nos ofrece una vista panorámica de la ciudad. La muralla tenía una longitud de ocho kilómetros. Puesto que los piratas ya no constituían una amenaza real y el comercio a la ciudad se veía impedido por la fortificación, los turcos comenzaron a demoler la muralla y las torres que bordeaban la costa. La única torre que sobrevivió fue la Torre Blanca (1430) que se convirtió en el símbolo de la ciudad.

Hoy en día Salónica es una ciudad costera de 700.000 habitantes. Los restos de sus 2300 años de historia pueden apreciarse paseando por el centro histórico contenido por las antiguas murallas. Pero la ciudad moderna se ha extendido sobre los grandes terrenos circundantes y posee todos los servicios propios de cualquier gran ciudad moderna.

 

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